Osvaldo Laino: EL LECTOR

Este trabajo pertenece a la nueva serie que estoy realizando.

PROLOGO

Lo escribí yo mismo porque nadie se animó a hacerlo Esta es otra Historia del Pasado, del Presente y del Futuro, pero es una historia más personal. Comienza cuando yo nací. ¿Dónde? En Rosario. ¿Cuándo ... ? Eso de que nací con un lápiz en la mano está muy gastado, porque lo leí muchas veces, pero también debo admitir que se acerca a la verdad ya que la primera vez que lo tuve en mis manos comenzaron mis primeros garabatos, y también mi fama. Recuerdo que cada vez que hacía un dibujo se lo mostraba a una señora vecina y cualquier porquería que yo hacía ella me lo festejaba. No sé si lo hacía para alentarme o deshacerse de mí; pero, la verdad es que yo seguí insistiendo. También recuerdo la primera vez que publiqué mis dibujos. Fueron en un semanario local (un pasquín, a decir verdad), y en pago recibí mi primer “carnet” de periodista a la temprana edad de 10 u 11 años, si mal no recuerdo. La historia continúa que como vivía cerca del Parque Independencia donde está la cancha de Newell’s (quiero aclarar que toda mi vida fuí y aún hoy sigo siendo CANALLA), y como el estadio estaba cerca, también iba a ver los partidos de primera división. Apenas recibí este “importante” pedazo de papel, quise bautizarlo de la mejor manera ... yendo al estadio para presenciar otra gesta deportiva como nuevo “periodista”. Con un aire de importancia me dirigí a la entrada con el “carnet ” en mis manos. ¿Resultado? ¡Me sacaron a patadas! Esa fue la carrera periodística más corta de mi vida. Teminados mis estudios secundarios, abandoné mi Chicago Argentina por la “docta” para seguir estudiando y “dibujando”. Eran tiempos en que el hobby de muchos jóvenes era armar avioncitos con madera balsa y yo estaba entre la arquitectura o la ingeniería porque mis “avioncitos” eran más reales ya que estaba trabajando en el departamento técnico del Instituto Aerotécnico donde se fabricaron los primeros aviones de nuestras fuerzas aéreas (entre ellos el primer avión a chorro que traspasó la barrera del sonido: el Pulqui 1 ... también el Calquín y el famoso DL DL con tren de aterrizaje automático). Muchos cadetes de aviación, acostumbrados a practicar vuelos con los Fokkers, antiquísimos biplanos de la Primera Guerra Mundial, se olvidaban de activar el tren automático y ya se imaginan el resultado. Y como el dibujo humorístico corría por mis venas (¿?), insistí hasta que logré colaborar en el conservador diario Córdoba con una tira en la sección deportiva que dirigía el conocido redactor Binoy Pereyra. Como la televisión aún estaba en pañales, en esos tiempos muchos programas se hacían en radio con público presente. El hoy conocido humorista Juan Carlos Mesa escribía los programas en una emisora de la cadena Splendid junto a Vilches Vera (años más tarde este último trabajó como Maestro de Ceremonia en el programa que yo había creado para el viejo Canal 7, “Dibujemos con ...” con invitados especiales como Ferro, Manteola, Divito etc.) y yo colaboraba con ellos dibujando en radio. A principio de los ‘50 me radiqué definitivamente en Buenos Aires y trabajé como creativo en un par de agencias de publicidad al mismo tiempo que dibujaba “Free Lance” haciendo monitos para las revistas humorísticas.

Osvaldo Laino

miércoles, 17 de enero de 2007

EL LECTOR

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